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Sabor parcial

 

“la recuperación de vínculos más o menos contingentes y soterrados (…) tiene en Caillois la función de superar las deficiencias de un sistema de conocimiento tan especializado -el científico, que impide descubrir, observar, o imaginar correspondencias evidentes, lógicas o verosímiles en aquellos fenómenos que parecen, en principio no tener nada en común. 59

“La imaginación, nos otorga un conocimiento travesero, por su potencia intrínseca de montaje, consistente en descubrir vínculos que la observación directa es incapaz de discernir:

La imaginación no es la fantasía; tampoco la sensibilidad, aunque resulte difícil concebir a un hombre imaginativo que no sea sensible. La Imaginación es una facultad cuasi divina que percibe ante todo, fuera de los métodos filosóficos, las relaciones íntimas y secretas de las cosas, las correspondencias y las analogías. Los honores y las funciones que confiere Poe a esa facultad (…) le dan tal valor que un sabio sin imaginación no puede aparecer ya sino como un falso sabio o cuando menos un sabio incompleto

(…)

La imaginación acepta lo múltiple y lo renueva sin cesar a fin de detectar nuevas relaciones intimas y secretas, nuevas correspondencias y analogías que serán a su vez inagotables, como inagotable es todo pensamiento de las relaciones que cada montaje inédito será siempre susceptible de manifestar."

Didi-Huberman, p.25

Pensar por montaje

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“A través de ellos (…) podrá medirse la auténtica ambición de esta matriz visual que multiplica, deconstruye y vuelve a multiplicar, como un pliegue vuelto sobre sí mismo.” [1] (Sobre el Atlas Mnemosyne)

 

[1] Antich, «La memoria visual. La hora Warburg».

reverberar

seguir tirando del hilo

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“Más de una vez ha dicho que lo suyo es tejer, no hacer jerséis. Con los pecios es más bien como si estuviera haciendo punto, poniendo puntos constantemente”. Y el escritor responde:

“Es cierto que he dicho eso. Como es cierto también que, a pesar de ello, no he dejado de hacer jerséis. El otro día, una periodista que me vino a entrevistar citó una frase que me gustó mucho y que me suena a sentencia judía. Venía a decir algo así como que “cuando a una frase se le pone punto deja de ser verdad”. A mí no me gusta hablar de la verdad, prefiero hablar del conocimiento. Pero es cierto, sin duda, que mientras la frase permanece abierta, suspendida en su propio desarrollo, caben para ella posibilidades de conocimiento, de esclarecimiento, que se cierran una vez se le pone el punto final”.

(Entrevista de Ignacio Echeverría a Rafael Sánchez Ferlosio)

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